Manual de supervivencia en cenas postmodernas
Hola queridos oyentes: En el hipotético, improbable, casi imposible caso que usted, simple mortal, sea invitado a una cena postmoderna, en loft ultra fash design, de unos antiguos amigos que conoció en el grupo de teatro independiente de la facultad (y dependiente de las subvenciones del Rectorado) y que ahora con el paso de los años se han acordado de usted y lo han invitado, lo más seguro es que se hayan equivocado. Probablemente lo han confundido con otro compañero que ahora es director de escaparatismo para Inditex o jefe de compras internacionales de Tele 5. Eso usted todavía no lo sabe, así que decide acudir. ¡Craso error! Su vida quedará marcada para siempre. Para que no haga el ridículo más de la cuenta, querido amigo, el consejo asesor de este foro le dará unos consejillos útiles y totalmente gratis. Ea, pues allá va.
Empezaremos por el cine:
-No se le ocurra elogiar a Almodóvar ni Amenábar (a partir de ahora la doble-A). Y mucho menos criticarlos, son víctimas muy fáciles. Sólo los estudiantes de cine cometerían tamaño error, y lo peor que podría pasarle es que sus contertulios lo tomaran por estudiante de cine. Aprovechando su ausencia al baño le escupirían en el plato o le cambiarían la copa de Vega Sicilia por Don Simón de tetrabrik. Desde que Gonzalito Miró estudió cine en NY la condición de estudiante de cinematografía está muy desprestigiada. Simplemente ignore la doble-A.
-Conviene también ignorar el cine español en general. Hasta hace un par de años podría haber usted epatado a su auditorio con la defensa de Jaime Rosales, pero desde que ganó el Goya por esa cosa llamada La Soledad, pues que ya no. Maldito favor le hicieron al pobre Rosales los académicos con el premio de marras: siguió llenando los cines con el mismo número de personas (entre dos y tres por sesión) y los rosalistas de toda la vida (entre cinco y seis) le dan la espalda.
-Ni se le ocurra recuperar algún clásico trash tipo Jess Franco o Paul Naschy. La voracidad gafapasta los ha recuperado a todos y ya no quedan malditos que reivindicar. ¡Qué tenacidad tienen los jodíos!
-Puede usted seguir dos estrategias. O callar y ver por donde van los tiros y decir a todo que sí o lanzar un órdago a lo grande. En el primer caso a la media hora se darán cuenta que es usted un impostor y le escupirán en el plato cuando vaya al baño. En el segundo caso puede que su apuesta le convierta por momentos en la estrella del cenorrio. Teclee en gugle Festival de Berlín y busque un año con ganador rarito, por ejemplo U-Carmen eKhayelitsha, de Mark Dornford-Day, de 2005. Sostenga con gesto displicente que es una gran reflexión sobre la condición humana, su devenir, su angustia ante la encrucijada vital. Remate diciendo que la escena donde la cámara se fija en la caries del protagonista y la mantiene en pantalla durante 17 minutos es claramente reveladora de la putrefacción de la sociedad occidental actual. Luego deguste lentamente el Vega Sicilia como si fuera el Don Simón que habitualmente bebe en los bares de menú a 7 euros.
-Cuidado con las cinematografías asiáticas. Hace unos años arrasaban en el offside pero ahora hasta el matrimonio de jubilados del 2ºB van a ver películas chinas o coreanas. Láncese, ponga verde a Wong Kar-Wai por haberse vendido al mainstream hollywoodiense. Comente apesadumbrado cómo es posible que el autor de In the mood of love o Chungking Express ha podido ejecutar semejante bodrio con Nicole Kidman. No diga el nombre de la película, nadie le va a preguntar, aunque no tengan ni idea de lo que habla le darán la razón con sonrisas de complicidad y su prestigio habrá subido varios peldaños.
-Si ha llegado hasta aquí con el plato de comida impoluta y el Vega Sicilia en la copa, enhorabuena, ha pasado la primera criba. Pero no se fíe, alguien en algún momento cambiará de tema y tocará literatura, y entonces estará perdido. Pero no se preocupe en la próxima entrega le daremos ciertos consejillos para pasar la prueba.
Hola queridos oyentes: En el hipotético, improbable, casi imposible caso que usted, simple mortal, sea invitado a una cena postmoderna, en loft ultra fash design, de unos antiguos amigos que conoció en el grupo de teatro independiente de la facultad (y dependiente de las subvenciones del Rectorado) y que ahora con el paso de los años se han acordado de usted y lo han invitado, lo más seguro es que se hayan equivocado. Probablemente lo han confundido con otro compañero que ahora es director de escaparatismo para Inditex o jefe de compras internacionales de Tele 5. Eso usted todavía no lo sabe, así que decide acudir. ¡Craso error! Su vida quedará marcada para siempre. Para que no haga el ridículo más de la cuenta, querido amigo, el consejo asesor de este foro le dará unos consejillos útiles y totalmente gratis. Ea, pues allá va.
Empezaremos por el cine:
-No se le ocurra elogiar a Almodóvar ni Amenábar (a partir de ahora la doble-A). Y mucho menos criticarlos, son víctimas muy fáciles. Sólo los estudiantes de cine cometerían tamaño error, y lo peor que podría pasarle es que sus contertulios lo tomaran por estudiante de cine. Aprovechando su ausencia al baño le escupirían en el plato o le cambiarían la copa de Vega Sicilia por Don Simón de tetrabrik. Desde que Gonzalito Miró estudió cine en NY la condición de estudiante de cinematografía está muy desprestigiada. Simplemente ignore la doble-A.
-Conviene también ignorar el cine español en general. Hasta hace un par de años podría haber usted epatado a su auditorio con la defensa de Jaime Rosales, pero desde que ganó el Goya por esa cosa llamada La Soledad, pues que ya no. Maldito favor le hicieron al pobre Rosales los académicos con el premio de marras: siguió llenando los cines con el mismo número de personas (entre dos y tres por sesión) y los rosalistas de toda la vida (entre cinco y seis) le dan la espalda.
-Ni se le ocurra recuperar algún clásico trash tipo Jess Franco o Paul Naschy. La voracidad gafapasta los ha recuperado a todos y ya no quedan malditos que reivindicar. ¡Qué tenacidad tienen los jodíos!
-Puede usted seguir dos estrategias. O callar y ver por donde van los tiros y decir a todo que sí o lanzar un órdago a lo grande. En el primer caso a la media hora se darán cuenta que es usted un impostor y le escupirán en el plato cuando vaya al baño. En el segundo caso puede que su apuesta le convierta por momentos en la estrella del cenorrio. Teclee en gugle Festival de Berlín y busque un año con ganador rarito, por ejemplo U-Carmen eKhayelitsha, de Mark Dornford-Day, de 2005. Sostenga con gesto displicente que es una gran reflexión sobre la condición humana, su devenir, su angustia ante la encrucijada vital. Remate diciendo que la escena donde la cámara se fija en la caries del protagonista y la mantiene en pantalla durante 17 minutos es claramente reveladora de la putrefacción de la sociedad occidental actual. Luego deguste lentamente el Vega Sicilia como si fuera el Don Simón que habitualmente bebe en los bares de menú a 7 euros.
-Cuidado con las cinematografías asiáticas. Hace unos años arrasaban en el offside pero ahora hasta el matrimonio de jubilados del 2ºB van a ver películas chinas o coreanas. Láncese, ponga verde a Wong Kar-Wai por haberse vendido al mainstream hollywoodiense. Comente apesadumbrado cómo es posible que el autor de In the mood of love o Chungking Express ha podido ejecutar semejante bodrio con Nicole Kidman. No diga el nombre de la película, nadie le va a preguntar, aunque no tengan ni idea de lo que habla le darán la razón con sonrisas de complicidad y su prestigio habrá subido varios peldaños.
-Si ha llegado hasta aquí con el plato de comida impoluta y el Vega Sicilia en la copa, enhorabuena, ha pasado la primera criba. Pero no se fíe, alguien en algún momento cambiará de tema y tocará literatura, y entonces estará perdido. Pero no se preocupe en la próxima entrega le daremos ciertos consejillos para pasar la prueba.
en cuatro palabras ES PEC TA CULAR!!!
ResponderEliminarte has salido, charles
no podría estar más de acuerdo...... (exepto en lo del don simón, por favor, el don simón... con caserita que rebaja, hombre!)
Muy graciosos e interesantes (a la par que superfluos, todo hay que decirlo) sus comentarios, Dr. Zenteno. Sin embargo, en este momento de mi vida poco podré poner en práctica sus consejos: más útil me sería un manual de supervivencia en fiestas infantiles tipo MacDonald's, Chiki Park, Alamillo, cumpleaños con payasos, etc. etc.
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